Recordando la Final Regia de 2017 (que casi se repite este año)

La Final Regia del Apertura 2017 no fue una final cualquiera: fue el momento en el que el Clásico Regio se adueñó por completo del fútbol mexicano. Tigres y Monterrey llevaron su rivalidad al punto más alto posible, con una serie que se definió en la casa de Rayados, un global ajustado de 3-2 para los ‘felinos’ y escenas que quedaron grabadas en la memoria de las dos aficiones. Ocho años después, y con la posibilidad real de haber repetido ese duelo por el título en 2025, vale la pena repasar qué hizo tan especial aquella final y por qué sigue siendo un referente cada vez que se habla del poderío de ambos clubes.

Lo más épico de aquella final estuvo en que se resolvió en su segundo enfrentamiento con momentos de alta tensión como una tarjeta roja a Cardozo prácticamente en el tiempo de descuento. A nivel de datos, hay guarismos interesantes como que ninguno de los goleadores repitió, lo que varió muchísimo los rostros de los protagonistas que se dejaron ver ante las cámaras y que, ahora, están en el recuerdo de los aficionados de ambos equipos para siempre.

Lo más épico de aquella final

Hubo dosis enormes de épica en la final de 2017, aunque no tanto en el trayecto de ambos equipos rumbo a la final como en la final en sí salvo por los cuartos de final de Tigres, en los que los ‘felinos’ pasaron de ronda a pesar de que empataron, en el global, con León y accedieron a las semifinales gracias a que quedaron en mejor posición en la fase regular. Los Rayados, por su parte, pasaron por encima de sus dos oponentes tanto en esa ronda como en las ‘semis’.

Ya en la final, la clave para aumentar la emoción en las gradas residió en que la final se resolviera en su partido de vuelta, en el que, como se ha mencionado en el apartado de introducción de este texto, hubo hasta una tarjeta roja para Cardozo, que militaba en Monterrey, en el minuto 90. Hay que tener en cuenta lo elevado de las pulsaciones en un momento tan importante para la carrera de todos tanto en el plano colectivo como en el individual, el propio.

Otro componente épico de la final estuvo en la capacidad de Tigres para sobreponerse fuera de su estadio, o sea, en contra del clamor de los aficionados, que acabaron totalmente decepcionados por no ser testigos de un título para su Monterrey. Afortunadamente para ellos, los Rayados se han convertido en grandes referentes de la categoría de la mano de talentos como el español Sergio Canales u otras figuras que se han convertido en claves para su éxito.

Algunos datos interesantes

La final también arrojó claves interesantes en el apartado estadístico o de datos. La cifra más llamativa, quizás, es la del reparto de goleadores: nadie repitió. Esto varió mucho los rostros de los protagonistas y animó a los aficionados, que siempre gustan de ver una implicación global de los suyos más allá de individualidades. Aunque un ‘hat trick’ o un doblete en un encuentro de este trasfondo sea lo más llamativo, siempre gusta que toda la plantilla sea partícipe.

En la ida, marcaron Nicolás Sánchez, que adelantó a Monterrey, y Valencia, que igualó las fuerzas de penalti. En la vuelta, Pabón, Vargas y Meza se encargaron de las dianas que construyeron el definitivo 2-3 en favor de Tigres. El primero puso por delante a los locales y desató la emoción en las gradas, que no eran conscientes de lo rápido que se disiparía su emoción por la velocidad con la que los universitarios reaccionaron para ponerse por delante y levantar el trofeo.

El fervor de la batalla encuentra su contraste estadístico en que hubo 12 tiros por parte de Tigres y once por la de Monterrey, lo que evidencia un constante toma y daca por tratar de hacerse con el título. Además, en el capítulo disciplinario, hubo 15 faltas por parte de UANL y once por parte de los Rayados, lo que evidencia, asimismo, que los nervios estuvieron a flor de piel cuando se trató de apurar los segundos y los centímetros para ir a por cualquier balón.

Una reedición esta temporada estuvo así de cerca

Una revancha de aquella Final Regia de 2017, pero este año, estuvo cerca de producirse, pues tanto Monterrey como Tigres llegaron a las semifinales del Apertura. Al final, no fue posible porque los Rayados cayeron contra Toluca en el paso previo a la gran final, de modo que ese será el contrincante de Tigres, que sí que cumplió con su parte del ‘trato’ al eliminar a Cruz Azul no sin enormes dificultades, pues el resultado global en tiempo reglamentario fue de empate.

De este modo, los aficionados tendrán que contentarse con los Clásicos Regios que proporcionará la fase regular del Clausura de 2026, que está a la vuelta de la esquina aunque toda la atención actual esté concentrada en la final de este Apertura de 2025. Además, con el nivel al que Tigres y Monterrey han acostumbrado a sus hinchas, no es descartable que se vean las caras en las eliminatorias de la campaña que viene, o sea, desde ‘play in’ u octavos.

Esta temporada, de hecho, los Rayados eliminaron al América, uno de los mejores equipos de México, en los cuartos de final con bastante esfuerzo, pues les derrotaron en la ida de su eliminatoria, por 2-0, pero cayeron en la vuelta por 2-1, de modo que el marcador global fue favorable a Monterrey. Tigres, por su parte, desechó la candidatura de Tijuana de manera apasionante: fue derrotado por 3-0 en la dia y, a la vuelta, remontó con un poderosísimo 5-0 en su estadio.

En conclusión, habrá nuevas oportunidades

Lo que es seguro cuando se trata de Rayados de Monterrey y Tigres es que habrá nuevas oportunidades para celebrar Clásicos Regios no solo en fases regulares, donde están asegurados, sino también en eliminatorias de este prestigio. Son dos de los clubes de mayor poder del futbol mexicano, seguirán llegando a cuartos de final, semifinales y finales y, de hecho, si no es posible reeditar la final de 2017, habrá momentos en que se crucen en etapas anteriores seguro.