La final de Champions de 1993 entre italianos y franceses
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La Champions League llega a su final dentro de la temporada 2024-2025, y será un desenlace inédito entre un club italiano, el Inter de Milán, y uno francés, el París SG.
Después de varios años podría regresar la “Bendición del 7”, ya que en tres temporadas entre el periodo de 2016 y 2020 el equipo que salía como el séptimo Favorito en las Líneas de Apuesta Futuras o Anticipadas, resultó ser campeón.
Para esta temporada el PSG abrió como el séptimo candidato en las apuestas a ganar la Champions League, mientras que el Inter lo hizo como el octavo. Los primeros seis Favoritos previo a la competencia iniciaron con Manchester City, Real Madrid, Arsenal, Bayern Munich, Liverpool y Barcelona.
Así que de nueva cuenta podría regresar la “Bendición del 7” para levantar una orejona. Sin duda el PSG sale con mayores probabilidades sobre el Inter, pero no olvidemos que hace 32 años también en Alemania se registró una de las mayores sorpresas en la historia de la Champions League; el Marsella contra todo pronóstico se coronaba campeón sobre el Milan.
La “polémica” final del ‘93
El 26 de mayo de 1993 en el estadio Olímpico de Munich se medían dos de los equipos con mejores resultados desde la década de los 80 a nivel europeo. Eran un par de clubes que contaban con los mejores jugadores del mundo.
Con el Olympique de Marsella se encontraba la base de la selección francesa, aunque honestamente no era su mejor versión, ya que no olvidemos que los “Bleus” no clasificaron ni al Mundial de Italia ’90 ni al de Estados Unidos ’94. Con el Milan figuraban las grandes súper estrellas italianas… y del mundo entero.
Los Rossoneri contaban con la que es considerada la mejor defensa de la historia; Franco Baresi, Alessandro Costacurta, Mauro Tassoti y Paolo Maldini, teniendo como portero a Sebastiano Rossi. En el mediocampo figuraban Frank Rijkaard y Demetrio Albertini en el centro, Roberto Donadoni por izquierda y Gianluigi Lentini por derecha, además de los atacantes Marco Van Basten y Daniele Massaro. La banca era igual de buena; Ruud Gullit, Dejan Savicevic, Zvonomir Boban, Fernando De Napoli, Alberigo Evani, Stefano Eranio, Jean Pierre Papin, Aldo Serena y Marco Simone.
Por el lado de los parisinos estaba Fabien Barthez en la puerta; Jocelyn Angloma, Éric Di Meco, Basile Boli, Franck Sauzee y Jean Jaques Eydelie en defensa. En el medio campo figuraban Marcel Desailly, Didier Deschamps y Abedi Pelé, mientras que en el ataque dos colosos como Rudi Voller y Alen Boksic. Cabe destacar que por esos años llegaron a contar en el plantel con jugadores de la talla de Manuel Amoros, Jean Marc Ferreri, Rafael Martín Vázquez, Dragan Stojkovic y el camerunés Francois Oman Biyic.
Pese a que el Milan salió muy favorito en las probabilidades y las apuestas, el triunfo correspondió al Marsella 1-0 con gol de Basile Boli de cabeza a un tiro de esquina por derecha.
El escándalo semanas después
Apenas unas semanas después de aquel juego que coronó al primer equipo francés -y hasta el momento el único- con la Champions, se desató el mayor escándalo en la historia del Fútbol moderno.
El Marsella y su presidente, Bernard Tapié, fueron acusados por la Liga Francesa y sancionados por la Federación de ese país debido a investigaciones que derivaron en que habían “amañado” partidos para obtener títulos.
Investigaciones, reportajes, declaraciones y sobre todo el testimonio de uno de los futbolistas titulares, Jean Jaques Eydellie, derivaron en una acusación insospechada, ya que el jugador con remordimiento de conciencia declaró cómo el club se manejaba en esas cuestiones… incluso varios años después publicaría un libro en el que detalló varios aspectos, entre ellos, que en esa final de 1993 contra el Milan, todos los jugadores a excepción del alemán Rudi Voeller, fueron suministrados con substancias prohibidas para poder competir, ya que no había forma de ganar esa final (según él) sin esa ayuda extra.
Debido a las contundentes pruebas en su contra, el empresario Bernard Tapié (quien a la vez llegó a ser actor, cantante y político) se vio obligado a vender a la mayoría de sus futbolistas. Fue sancionado por la UEFA de no competir por un año en torneos internacionales y al año siguiente fue condenado al descenso. Para la Copa Intercontinental en Tokio, el Milan acudió representando a la UEFA.
Afortunadamente y para algunos inexplicablemente, aquel título de la Champions League de 1992-1993 sigue en manos del club francés.
Ahora en 2025, una vez más en Munich, pero ahora en otro escenario, un equipo francés y un italiano, se vuelven a ver las caras por segunda ocasión en la historia.
