Anna Kiesenhofer historia en el ciclismo

Anna Kiesenhofer: sorpresa en la historia del deporte

Picture of Juan Pablo Farril
Juan Pablo Farril

Periodista desde 1998 📰📊Cronista #MLB #NFL #NCAA🎙Conductor.

Facebook
Twitter

En el deporte absolutamente nada es imposible. La historia de la ciclista austríaca, Anna Kiesenhofer, es la mayor prueba de que aún el 0.1% de probabilidad… es probabilidad.

Annita quien nació en Viena el 14 de febrero de 1991 comenzó la práctica del Ciclismo ya de una manera más profesional en 2013, actividad que combinaba con participación en triatlones y con las matemáticas, donde estudió licenciatura, maestría y doctorado en las Universidad de Viena, Cambridge y Cataluña respectivamente.

Al mismo tiempo participó en algunas disciplinas del ciclismo, pero problemas de salud como osteoporosis y situaciones personales la llevaron al retiro del deporte en el ámbito profesional en el año 2017.

Sin prepararse del todo más que a un nivel aficionado o amateur, en 2021 compitió en el Campeonato de Austria de Ciclismo en Ruta y en Contrarreloj, lo que le valió su convocatoria para el Campeonato Europeo Contrarreloj, el cual terminó 5ta tras no tener una preparación específica… Este resultado le otorgó su lugar en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, que realmente se desarrollaron en 2021.

Las matemáticas no mienten

Con una competencia en el más grande escenario comprobó de la mejor forma que en las matemáticas las probabilidades por muy mínimas que seas, son eso, probabilidades.

En la prueba de Ciclismo de Ruta de los JJOO de Tokio 2020 (2021) compitieron más de 65 atletas en la rama femenil, de todas ellas, la única que no contaba con un rango y preparación profesional era Anna Kiesenhofer -incluso oficialmente ya se había retirado-.

Esto incluso derivó que según las estadísticas y los especialistas sus probabilidades para ganar la competencia fueran colocadas con el 0.1%. Su momio en las apuestas se colocó en +50,000, es decir, por 100 invertidos la ganancia fue de 50,000.

Lo inimaginable sucedió

La competencia de 137 kilómetros tenía a un grupo de neerlandesas, encabezadas por Annemiak van Vleuten, como las grandes favoritas al Oro.

Ya en la prueba cuando el pelotón de favoritas comenzaba a despuntar, Kiesenhofer junto con otras competidoras se dieron a la fuga al encontrarse a 44 kilómetros de la meta, lo cual le resultó en una excelente estrategia ya que nunca pudo ser alcanzada para perder la punta.

El primer lugar, la medalla imposible del Oro se registró de forma espectacular para demostrarnos que en el deporte nada está escrito.

El factor clave de la victoria

Cuando a 44 kilómetros Anna Kiesenhofer emprendió la fuga del pelotón junto con otras competidoras, las favoritas no decidieron hacerlo, su estrategia era alcanzarlas más adelante, tal como ocurrió en la carrera.

Pero lo que no contaron es que dentro de la fuga de tres o cuatro, hubo una segunda fuga de Annita en solitario, de la cual ellas no se percataron. En el ciclismo olímpico -a diferencia del profesional- está prohibido avisarles a las competidoras sobre la acción de sus adversarias, por lo que las grandes favoritas alcanzaron sin dificultad al pelotón que se fugó en un principio, pero jamás se dieron cuenta que la austriaca todavía seguía por delante de ellas… y nadie les podía avisar.

Fue así que cuando Annemiak van Vleuten cruzó la meta final festejó en grande al pensar que ganaba la medalla dorada, pero hasta ese momento se enteró que Anna Kiesenhofer ya lo había hecho minutos antes.

No sabemos si la hubiera alcanzado, pero sea cual sea el motivo presenciamos la más grande epopeya deportiva en la historia.

Facebook
Twitter