¿Qué debo considerar para apostar al Boxeo?
Periodista desde 1998 📰📊Cronista #MLB #NFL #NCAA🎙Conductor
El Boxeo es el segundo deporte más popular en México, solo detrás del Fútbol que es considerado algo así como el pasatiempo nacional.
A lo largo de las décadas parte de los grandes ídolos de nuestro país se forjaron arriba de un cuadrilátero; Julio César Chávez, Humberto “Chiquita” González, Juan Manuel Márquez, Salvador Sánchez, Rubén “Púas” Olivares, Erik “Terrible” Morales y quien actualmente domina mercadológicamente este deporte a nivel mundial; Saúl “Canelo” Álvarez.
Hace unos años se abrió un debate sobre si el Boxeo era un deporte que debía continuar para la sociedad, a lo que un ex pugilista me comentó: “Mientras haya hambre y necesidad, el Boxeo seguirá siendo un escaparate para el mexicano”.
Más allá de que si nos gusta, apasiona, o simplemente nos entretiene, no olvidemos que la esencia del Boxeo es la de lastimar al rival, y algo que suelen fijarse muchos descubridores de talento es que el prospecto no tenga dudas a la hora de querer “acabar” deportivamente hablando, con su oponente.
Un deporte individual
Dentro de lo más importante que tiene la especialidad de los guantes es reconocer que se trata de un deporte individual. Aquí a diferencia del Futbol, Beisbol, Basquetbol y demás, el resultado depende única y exclusivamente de dos individuos.
Una lesión, un mal paso, la falta de preparación o simplemente un error donde ya nadie te puede rescatar, cuesta el resultado de la victoria y la derrota.
Por ende la línea de apuesta suele ser muy precisa, hablamos de un deporte donde es casi imposible ver cuotas tan dispares.
La importancia del peso
Hay disciplinas en las que el tamaño y el peso no importan, a veces el ser más grande puede ser una ventaja pero también una desventaja con respecto al rival… pero aquí, imposible que un peleador se atreva a enfrentarse a otro en el que exista una diferencia mayor a cuatro kilos.
Por pegada y resistencia siempre será una mayor ventaja el tener más peso durante un combate, por eso es que los pesajes son trascendentales -prueba de ello lo acontecido al “Canelo” contra Dimitri Bivol-. No hay forma de que un pugilista se enfrente a otro con tal distancia de kilos, a no ser el peso completo donde da lo mismo mientras se superen los 91 kilos.
El campeón más pesado de la historia es el ruso Nikolay Valuev quien se coronó con 147 kilos.
Tipos de Boxeadores
La vieja escuela nos ha dictaminado que existen dos tipos de boxeadores; los “Estilistas” que ponderan el Jab, buscan cansar al rival, manejar la distancia, tener un excelente movimiento de pies, así como dominio del cuadrilátero… y los “Fajadores”, aquellos que les gusta pelear contra las cuerdas, acechan al rival desde el primer round, no temen al intercambio de golpes y simplemente no manejan la distancia.
Pero también en los últimos años han surgido nuevas corrientes que señalan al “Pegador” como el que busca cansar al rival, el “Enjambre” que son duros y rápidos con distancia corta, y por último los “Mixtos” quienes se acoplan a la estrategia con base al estilo del rival.
Nunca hay suficiente ventaja
Puedes obtener la ventaja de las tarjetas de los jueces en cada round, puedes dominar el combate durante 11 episodios, pero en el Boxeo apenas basta un segundo de distracción o el descuidar la guardia para que un golpe acabe con la pelea.
La victoria de Julio César Chávez frente a Meldrick Taylor nos recuerda que en este deporte no hay nada escrito y que lo impensado puede llegar a ocurrir en cualquier momento.
La fortaleza del noqueador y la relevancia de la quijada
Dicen los especialistas que la verdadera fuerza de un noqueador o de los boxeadores con tremenda pegada radica en las piernas. Son las extremidades inferiores las que proporcionan poder a los puños, y no precisamente la fuerza de los brazos.
En contraparte, para que un pugilista tenga éxito en su carrera debe tener la “bendición” (eso ya no se trabaja ni se adquiere, simplemente es genética) de una poderosa quijada. Existen enormes talentos que “pintan” para ser legendarios y que terminan en simples promesas por el hecho de que su quijada y mentón -literal- no nacieron para aguantar los embates de este deporte.